jueves, 13 de agosto de 2015

Están meando fuera del tiesto



Por: José David Pacheco Martínez
No sabe uno qué pensar cuando se encuentra en periódicos con titulares como: Facebook: la nueva forma de hacer política en Santa Marta ( http://www.elinformador.com.co/index.php/general/politica/107549-facebook-la-nueva-forma-de-hacer-politica-en-santa-marta ). En momentos como este de tanta conceptualización y estudios sobre política, debería ser embarazoso para un medio, supongo, hacer semejante afirmación. Y debería darles mucho más pena el desarrollo de la noticia, abiertamente un boletín salido  -como al final de la misma nota se evidencia- de la oficina de prensa de un candidato, que si bien tiene el músculo financiero, no tiene idea de qué es y cómo se hace la política y en ese mismo sentido, sus posibilidades de llegar a la alcaldía de la ciudad son remotas, nulas, no existen. Y no lo digo yo, ha sido la constante en todos los sondéos de opinión e intención de voto

Y no es que ahora porque muchos de mis lectores saben que estoy vinculado a un movimiento, dirán que me excedo –como suelo hacer- en mis afirmaciones. Pero, basta nada más ver en qué invierten el dinero los asesores de prensa y estrategas comunicacionales del candidato que logrará direccionar los seguidores que compra en Facebook y Twitter a las urnas. Apuesto, que esos seguidores y ‘amigos’,  son tan falsos como los que, con frecuencia y pasión extrema, defienden a Carlos Caicedo y, atacan a quienes piden explicaciones a la actual administración y muestran su desacuerdo con la continuidad.

La apuesta de una campaña virtual, como parece ser esta, al menos eso puede interpretar uno, al ver que a los cuatro vientos y con la mano en el pecho, gritan que han logrado el objetivo de captar la atención en Facebook. Pero, se olvidan que gobernar una ciudad es mucho más que pagar con tarjeta de crédito a una empresa para que repita constantemente mis imágenes y eventos. Gobernar una ciudad como Santa Marta, es mucho más que enviarle mensajes y fotos bonitas a los que a diario están conectados a las redes sociales. Probado está, que se utilizan solo para chismear. El fin último.


Lo que ahora los llena de orgullo, es un mensaje claro para la sociedad samaria: este muchacho que alardea de sus seguidores en Facebook, no tiene ni la más remota idea de lo que significa hacer política y mucho menos las responsabilidades y exigencias intelectuales y de preparación que han de tenerse y cumplir, para sacar del atolladero a esta mal gobernada y saqueada por años ciudad. Entregados a una campaña virtual, es decir, imaginaria, de mentiras, ellos definitivamente están meando fuera del tiesto.

martes, 26 de mayo de 2015

Mendigando un aval

Por José David Pacheco Martínez



La historia que contaré, la debo, sin dudas, a el trato frecuente con la gente, el estar tanto tiempo en la calle, escuchar adrede las discusiones en el Parque Bolívar y la confirmación de toda la información recopilada por una fuente confiable, un hombre que nuca miente y, en este caso, mentir no tendría ningún sentido, por eso, me pareció verosímil.

Lo relataré tal cual lo escuché en la calle, me confirmó, digamos, Chalo Padilla y pude contrastar luego todos los líos y discusiones en que se vieron envueltos a lo largo de ese proceso todos aquellos que buscaban el respaldo de los partidos políticos tradicionales; hoy en día bastante desprestigiados y en esta zona del país, controlados según el parecer de una clase dirigente que a lo largo de la historia y ostentación del poder, no han hecho más que enriquecerse o, seguir manteniendo ese rancio abolengo y alimentando el ego y sus ínfulas de españoles, sí, porque está más que comprobado que esa gente, los liberales y conservadores de vieja data en esta ciudad defienden a capa y espada las cédulas reales y no sé qué más cosas heredadas de aquellos ‘ilustres’ personajes que ‘descubrieron’ América.

Por eso bien decía Juan Esteban Constaín, en uno de sus libros, que era no más mirar los registros de nacimiento de hace doscientos años y hacer el recorrido cronológico, para darse cuenta que directa o indirectamente quienes hoy ostentan el poder, siguen siendo los mismo que a la fuerza y casi que exterminando a los antiguos pobladores y dueños originales de esta tierra, se adueñaron de todo, incluso hoy, desde altos cargos y moviendo sus hilos, siguen escriturándose baldíos y accediendo a dineros destinados para suplir las necesidades de los agricultores  más pobres, perdonen extenderme y divagar un poco, pero, era necesario y suficiente hacer algo de contexto histórico.

La política aquí está lejos de ser un ejercicio de conquista con ideas. La gente tiene miedo de lanzarse al agua. La gente no piensa ni un momento en lo diferente que sería hacer campaña desligada del respaldo de aquellos movimientos que se gestaron en la cabeza de los españoles y, que en un momento determinado, incentivaron el caos y la anarquía, que ha degenerado todas las instancias del poder y a la sociedad misma, que durante 60 años se ha matado sin tregua y sin saber a ciencia cierta por qué y para qué.

Volviendo al asunto principal de esta historia y con el perdón compasivo del lector por mis divagaciones, pero, debe entender además señor lector, que no puede uno nunca dejar de apasionarse cuando se trata de estos temas.

Resulta pues, que en una ciudad pequeña a la que llamaremos Santa Marta, muchos aspirantes al cargo de Alcalde, el más importante a nivel de distritos, emprendieron una batalla sin tregua por recibir la bendición de los partidos tradicionales, cosa que desvirtúa chalo Padilla, para él, la batalla más que por hacer parte de esos ‘prestigiosos’ movimientos, se debe u obedece más al facilismo y el miedo a chocar con los cánones políticos falsamente establecidos a lo largo de esta corta vida independiente y republicana.

Es indignante, molesto, repudiable y en algunos casos hasta gracioso, ver como los miembros de una misma colectividad salen a los medios a despotricar de su copartidario y rival directo por el aval. No sabe uno qué pensar, si de allá dicen que el amigo de Silvestre Dangond es un bandido de primera línea, de allá le responden al de los mejores días, que desde que llegó a la Asamblea fue poco o nada lo que hizo por la ciudad y el departamento. 
Entonces sale otro diciendo que ninguno de los dos tiene las capacidades para gobernar esta ciudad y que la historia reciente no les favorece, entonces los otros dos le responden al médico diciendo que no se asome porque le cortan la cabeza con un tapado y que además utiliza su posición para presionar a las personas vulnerables que atiende hace ocho años en el hospital local.

Por otro lado, están los de rojo, quienes estaban en la alcaldía y pretendían seguir en esa línea, pero los dejaron con los crespos hechos, porque ese aval se lo dieron a una persona con juventud, dinero y con el respaldo de un apellido que llegó a la Gobernación, de donde salió por el sobrecosto de unos kits escolares.

Entonces aquellos, quienes fueron prácticamente expulsados del partido, pensaron en una estrategia rápida, intencionadamente se volvieron daltónicos e intentaron ser verdes, pero tampoco los aceptaron, rápidamente y casi sin tiempo, se decidieron por la vía más difícil: recoger firmas. Venden eso como la continuidad del gobierno que dejó la ciudad en ruinas, sin agua, sin estadio, sin Juegos Bolivarianos, sin Liceo Celedón, en fin, la continuidad de la ineptitud, la ignorancia gubernamental y las disputas con funcionarios de índole nacional, departamental y distrital. Buscan la continuidad del gobierno de los odios, las mentiras y las intimidaciones. Ellos, definitivamente están fuera de la pelea, a menos que todo ese dinero que no han ejecutado y desviado para sus bolsillos, les sirva para comprar las firmas necesarias para avalarse.

Por último, llegamos a una mujer joven, inteligente y con ganas de servir, al menos esa es la imagen que me he hecho de ella. Pero todo eso, esa cualidades se ven opacada por su insistencia en recibir el aval de un partido que hace parte de la mal o bien llamada Unidad Nacional, algo así como una alianza perversa entre disidentes de aquellos partidos tradicionales, que llegaron al poder y ahora quieren absorberlos y acabarlos, una especie de venganza.

Todos ellos, no se han dedicado a estructurar un plan de gobierno, no se han dedicado a estudiar analizar y buscar soluciones a los problemas coyunturales que aquejan e históricamente han aquejado a esta ciudad que se desangra y muere como sociedad, como ciudad, como destino turístico, una ciudad que está en cuidados intensivos, ellos, han estado todo este tiempo ni más ni menos que mendigando un aval. 

sábado, 23 de mayo de 2015

Tras los ojos de Marta


*Trabajo realizado en la clase de Organización y producción de periódicos y diseño gráfico e infografía.  Universidad de Valencia




Por: Alba Chover, Clara Fernández, Fernando Manosalva y Sandra Suñén 


Marta vive con su pareja y sus dos hijas de 6 y 12 años en Valencia y trabaja en una residencia de ancianos de la Malvarrosa como recepcionista. Con 38 años su situación sentimental y laboral dista mucho de la realidad que vivió durante la veintena.
Habían sido amigos desde los doce y pasaban la mayor parte del tiempo juntos durante la juventud; al poco tiempo comenzaron a salir, hasta que decidieron irse a vivir juntos a los 26 años. Los padres de Marta no le dieron su aprobación, pues el joven nunca les había convencido: tenía un carácter fuerte y era muy difícil de llevar. Pero la joven no dio su brazo a torcer, creía que con el tiempo su novio cambiaría de actitud y se trasladaron a un pequeño piso que podían permitirse.
Marta dejó de trabajar en la peluquería donde había estado durante dos años y empezó a dedicarse a las tareas del hogar; él trabajaba en un taller de mecánica. A medida que pasaba el tiempo, la joven veía más y más coartada su libertad, no salía prácticamente de casa, se dedicaba en todo momento a mantener el piso impoluto, incluso tenía que pedirle permiso a su pareja para quedar con sus amigos. Pero él siempre le decía que quedaba mucho por hacer y que saliendo "rompía el bienestar de la familia".
Pasaron dos meses desde que vivían juntos y Marta se quedó embarazada. Ya había perdido todo el contacto con sus familiares y amigos y ahora no tenía otra misión que satisfacer a su pareja. Cuando nació su primera hija, el trabajo se duplicó. El estrés y el cansancio por tenerlo todo siempre a punto y así evitar ser apaleada pudieron con ella. Perdió mucho pelo y llegó a pesar 38 kilos con 28 años. En ese momento, Marta llamó al teléfono del Ministerio de Sanidad contra el maltrato, que le puso en contacto con la fundación Centro Mujer, pero asistía a las citas esporádicamente y a escondidas por miedo a que él pudiera enterarse.
Todo cambió un día que tuvo una discusión muy fuerte con su pareja y que su hija, de tan solo tres años, presenció. Hubo golpes hacia su madre de por medio, lo que hizo llorar a la pequeña. La mirada de la niña le bastó a Marta para reaccionar y a la mañana siguiente aprovechó un descuido del agresor para hacer las maletas y huir. Cogió a la menor en brazos y a su hija de 9 años de la mano y bajaron corriendo las escaleras. Cuando salieron a la calle, él se dirigió hacia ellas y al instante Marta empezó a gritar pidiendo auxilio. Dos vecinos lo detuvieron, pero ninguno llamó a la policía.
Marta, finalmente, ingresó en Centro Mujer con 32 años. La psicóloga con la  que hablaba en un primer momento se encargó de instalarlas en su nuevo dormitorio y le presentó a los trabajadores sociales que la atenderían junto con cinco chicas más víctimas de violencia machista. Al principio, Marta tenía mucho miedo y era incapaz de culpar a su pareja por lo que le había hecho, al fin y al cabo pensaba que si se portaba así era porque "algo habría hecho ella".
Los dos asistentes analizan su caso, la tratan ocho horas diarias para que el resto del tiempo pueda pasarlo con sus hijas. Recibe una atención integral durante seis meses, que es cuando la trasladan a una casa de acogida. A los doce meses de estar en su nueva casa, empieza a trabajar en hospitales, donde conoce una nueva realidad: el personal la ve como víctima, no como una persona que se ha ganado el puesto de trabajo con su esfuerzo. El día a día es un combate, sin embargo, Marta se adapta a su nuevo yo gracias a la ayuda de los profesionales y al apoyo de sus hijas.
Los trabajadores sociales le han hecho comprender que ella no es la culpable del maltrato, que está en juego, no solo su integridad física y psíquica, sino también la del resto de personas de su ámbito personal y familiar y que el miedo es lo que le impide ver el riesgo real que corre. Hoy es una persona distinta, que se ve con la capacidad de ayudar a otras mujeres que están pasando por lo mismo. Es por ello que combina su trabajo con las charlas que imparte en distintas asociaciones, como Amigas Supervivientes, y centros educativos, donde se dirige a niños y niñas de 14 a 17 años y trata de romper con la idea del "príncipe azul". Además, ha participado en congresos promovidos por el Grupo de Actuación contra los Malos Tratos (GAMA) de la Policía Local de Valencia y ha compartido su experiencia en uno de los primeros seminarios impulsados por el cuerpo municipal, los cuales se enmarcan en el proyecto europeo Wowpower.
Marta sabe que hay mucho trabajo por hacer, ya que todavía hoy hay miles de mujeres como ella. Solo en la Unión Europea, alrededor de 13 millones han sufrido violencia física por parte de su pareja en el último año. En España, un 12 por ciento la han vivido alguna vez desde que tenían 15 años.
La protagonista, además del maltrato físico, sufrió previamente dos años de maltrato psicológico por parte de su pareja, que considera mucho más dañino, ya que hay heridas en su interior que jamás se podrán curar. Durante este período, su novio ejercía un total control sobre dónde y con quién iba, le decía que debía ponerse y la insultaba cuando lo contradecía. Le anuló la opinión, la capacidad de decidir por sí misma. Frases como "si no eres para mí, no eres para nadie" y las amenazas, se repetían constantemente. Su mayor miedo era que las cumpliera.
Según el informe Jóvenes y Género. El Estado de la Cuestión, realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de febrero de 2015, el 33 por ciento de las mujeres españolas han pasado por una situación de dominio, control, comportamientos abusivos, chantaje y miedo por parte de sus parejas, sin llegar a la violencia física.
Pero la consideración y el tratamiento del maltrato psicológico es mucho más complicado, más invisible, tanto para los medios de comunicación como para la justicia. José Antonio Burriel, Presidente de la Asociación No Más Violencia de Género, considera que el trato que se hace de este tema es deficiente. “La violencia psicológica es la antesala de la física. Cuando un hombre le dice a una mujer con quien no puede salir, la controla o la amenaza con poner en peligro su integridad, la de sus hijos o la de él mismo, también es una agresión", argumenta Burriel. Añade que la violencia física suele llegar cuando los maltratadores creen que han perdido el control, cuando piensan que su única forma de dominación es la agresión física. "Pero la represión, las prohibiciones y el temor llegan primero", concluye.
No obstante, ante el poder judicial estas acusaciones son mucho más difíciles de demostrar y las penas suelen ser menores. Además, se considera imprescindible para comenzar cualquier proceso judicial que la mujer interponga una denuncia, pero el miedo que sienten lo impide en numerosas ocasiones. Muchas de ellas acuden a centros especializados a pedir ayuda, pero sin la denuncia no se les protege de ninguna forma, ni siquiera se investigan los hechos. Como dice Burriel, se les debería dar un mayor soporte a las víctimas o conseguir que la denuncia llegara por otro medio, como algún allegado.
Aunque existen mayores facilidades a la hora de denunciar en casos de violencia de género, todavía son muchos los trámites a seguir para que una víctima vuelva a reinsertarse en la sociedad. Elena Martínez, directora del Grupo investigador en violencia de género de la Universitat de València, explica que hasta el año 2004 que se aprueba la ley de violencia de género,  una denuncia ante la policía o los jueces no era válida porque se consideraba que este tipo de conflictos debían resolverse en el ámbito familiar. En este aspecto, los psicólogos especializados tienen un papel clave, pues de ellos depende que la mujer comprenda la importancia de denunciar a su agresor. Una vez se da este primer paso, explica la directora, se puede llegar a una posterior rehabilitación de la  víctima.

Los psicólogos, sin embargo, no son los únicos actores sociales capaces de solventar la violencia de género. Hay un problema de raíz y es el conjunto de prejuicios machistas que persisten en la sociedad debido a una larga tradición patriarcal. Desde la educación en casa y en el colegio hasta la historia, los anuncios y el lenguaje sexista, contribuyen a la desigualdad de género y su normalización, tal y como considera Vicente Pedrón, psicólogo de la Asociación Psima (Profesionales Sociales en la Intervención del Maltrato), vinculado al Departamento de Psicología Social de la Universitat de València.
En el mercado laboral, la brecha salarial entre ambos sexos se amplía para las mujeres mejor remuneradas. En Europa en 2010, el 10 por ciento de las trabajadoras en la parte más baja de la escala salarial ganaban 100 euros menos al mes que el 10 por ciento de los hombres en la misma posición. A la inversa, el 10 por ciento de las mujeres que percibían salarios más altos ganaban 700 euros menos al mes que el 10 por ciento de los hombres mejor remunerados. Una tendencia similar fue observada en los 38 países analizados por el último Informe Mundial sobre Salarios de la OIT.
Ante el panorama actual se necesitan respuestas políticas y medidas de concienciación social con repercusión desde la infancia. La igualdad de remuneración entre hombres y mujeres debe ser estimulada, incluso combatiendo los estereotipos sobre los papeles y las aspiraciones de las mujeres, luchando contra los prejuicios sexistas en la estructura salarial y en las instituciones que fijan los salarios, promoviendo una distribución equitativa de las responsabilidades familiares, y reforzando las políticas relacionadas con la maternidad, la paternidad y el permiso parental, señala la docente en violencia de género por el ADEIT,  Elena Terreros. 
Por su parte, Elena Martínez cree que es fundamental un nuevo modelo comunitario, donde hombres y mujeres sean conscientes de dónde están los límites. Esta fase de concienciación debe extenderse para prevenir las sucesivas etapas de la violencia de género que, en el peor de los casos, conllevan la muerte de la víctima, determina la directora del Centro investigador de la Universitat.
La ciudadanía debe estar concienciada y aquí es donde entra en juego el papel de la educación. Martínez considera a los jóvenes como una pieza clave en el desarrollo de una sociedad más igualitaria. “Ellos son el futuro. Son los que deben sacar a la luz los restos del machismo patentes en nuestro día a día”, añade.
La realidad demuestra que las campañas políticas destinadas a denunciar la violencia de género presentan carencias, pues, como afirma Burriel,  la mayoría de mujeres que son víctimas las observan impasibles sin comprender que ellas están siendo maltratadas. Para Elena Terreros, estas campañas deberían ir encaminadas a explicar qué es un maltrato y dejar claras las medidas de protección para reducir así el número de víctimas que no son conscientes de serlo y actuar en consecuencia. Una vez se ha interpuesto la demanda queda el trabajo más arduo.
Marta decidió enfrentarse al problema, cogió a sus hijas, salió de casa y denunció, pero ¿qué iba a ser de ellas? José Antonio Burriel asegura que después de una denuncia es cuando más atención se requiere. En ese momento, la víctima es más vulnerable porque ha visto que su proyecto de vida se ha desplomado. Además, el agresor adopta una actitud más violenta cuando es consciente de que lo han denunciado.
Elena Martínez cree que es necesaria una mayor actuación institucional y aumentar el seguimiento de las víctimas, ya que en algunos casos retiran la denuncia por miedo e inseguridad sobre todo. "Lo primero que debe entender la mujer es que no tiene porqué ser víctima; más tarde llegarán los recursos de reinserción", agrega la directora del Grupo investigador en violencia de género de la UV. La cuestión que se desprende a continuación se relaciona precisamente con la forma de aportar los recursos.
En la Asociación de Ayuda a la Mujer Maltratada de la Universitat de València inciden en que no existe un perfil exacto de mujer maltratada, puesto que cualquier mujer puede ser víctima de violencia machista, independientemente de su clase social, nivel de estudios, ingresos, procedencia familiar, etc. No obstante, desde la misma Asociación se establecen las características psicosociales de la mujer maltratada que acude a los Servicios Sociales, a la Policía, etc.
Atendiendo a parámetros como la edad, el estado civil, el número de hijos, la formación, la ocupación, el tiempo de maltrato y el inicio del mismo, la Asociación concluye que, en general, se trata de mujeres de entre 26 y 40 años, casadas, con hijos que pueden ir de dos a cuatro, con estudios primarios, en paro o amas de casa y que padecen el maltrato durante cinco y hasta diez años, el cual se inicia al principio de la convivencia o con el nacimiento del primer hijo o hija. Como recalca la psicóloga Terreros, estos son los parámetros que se tienen en cuenta para atender de una forma u otra a la víctima y satisfacer sus necesidades.
Por su parte, medidas como las de inserción laboral, incluidas en la Ley de 1978, consisten en un programa de orientación y educación que permite a las víctimas  obtener una cualificación básica y una posterior experiencia práctica. Entre las propuestas se encuentran también los incentivos para favorecer el inicio de una nueva actividad por cuenta propia, incentivos para las empresas que contraten a mujeres en esta situación y también un programa de movilidad geográfica, donde podrán optar a subvenciones de desplazamiento.
Sin embargo, el programa para lograr la completa reinserción laboral de una mujer maltratada es insuficiente. El Presidente de No Más Violencia de Género critica la actuación de la Administración para favorecer que una mujer maltratada acceda a un puesto de trabajo. Como le sucede a Marta, son personas que arrastran la palabra víctima y desempeñan un puesto de trabajo determinado en el que difícilmente pueden ascender. “Se les debería desvincular de su pasado, ofreciéndoles la posibilidad de volver a ser mujeres con pleno derecho de trabajar”, argumenta Burriel.
Por otro lado, los medios de comunicación, junto con la familia y la educación, son un importante canal de socialización e influyen directamente en el público a la hora de tomar decisiones y adoptar ciertos modelos de conducta. El psicólogo Vicente Pedrón cree que la esfera mediática ha avanzado mucho en el tratamiento de la información sobre violencia de género pues, además de visibilizar la problemática social latente, subrayan la dureza de la persecución, la investigación y la actuación policial contra los agresores. No obstante, aún queda camino por recorrer para que los medios de comunicación sirvan como herramienta de prevención de la muerte o de la agresión de mujeres por parte de sus parejas. El estigma asociado a ciertos colectivos de mujeres, la dosis de sensacionalismo para captar la atención del público y la vulneración del derecho a la intimidad de las víctimas son errores que se deberían mejorar si se persigue acabar, definitivamente, con este maltrato, de acuerdo con las recomendaciones publicadas por el Consejo Audiovisual de Andalucía y la Unió de Periodistes Valencians.
Ya sea en los medios, en la educación o por parte de las instituciones, Elena Martínez remarca la importancia del “cuéntalo” antes que del “denúncialo", algo que sí está presente en la campaña contra la violencia de género de este año. No solo eso, sino que incide en la violencia machista entre adolescentes. Este tipo de violencia ha sufrido un aumento en los últimos años, especialmente entre los menores de 24 años. El 4 por ciento de las adolescentes de entre 14 y 19 años han sido agredidas por el chico con el que salen o salían y casi una de cada cuatro se ha sentido coaccionada, según las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial. Los datos no mejoraron en 2013, cuando la cifra de menores agresores que fueron juzgados aumentó un 5 por ciento.
Por este motivo, es imprescindible el trabajo de los cuerpos policiales y de organizaciones como No Más Violencia de Género, responsables de ofrecer  la información necesaria sobre cómo identificar un comportamiento de malos tratos o qué hacer para salir de tal situación. Burriel afirma que las jóvenes de 15 o 16 años en muchas ocasiones no saben lo que es tener una relación sana y basada en la igualdad. Por el contrario, consideran “normal” que sus novios no quieran que lleven faldas cortas o que les controlen el WhatsApp. Por lo que, añade, "es esencial incluir en las aulas una educación basada en las relaciones afectivas".
El informe Jóvenes y género. El estado de la cuestión muestra que el 24,2 por ciento de los jóvenes de entre 12 y 24 años piensan que cuando una mujer es agredida por su marido es porque ha hecho algo para provocarlo y que está bien que los chicos salgan con muchas chicas, pero no al revés. Los jóvenes reproducen “lo que ven en su entorno, en sus casas e, incluso, en los medios de comunicación como programas del corazón, series iberoamericanas o publicidad donde se predican los estereotipos de la mujer florero y el hombre que tiene que atraer a todas las mujeres”, explica Burriel.
769 mujeres asesinadas en los últimos diez años en España y 1.900 llamadas de ayuda por parte de adolescentes a la Asociación de Protección a la Infancia y Juventud ANAR, en Valencia, confirman que hay mucho por hacer en materia de igualdad. Marta ha conseguido rehacer su vida, está empleada y colabora para evitar que otras chicas repitan su experiencia. Cree en el cambio, pero en un cambio que solo es posible si aporta su granito de arena.

miércoles, 20 de mayo de 2015

La juventud está despertando

Poco a poco, van apareciendo líderes jóvenes con la intención de darle un vuelco definitivo a la forma de ver y pensar el mundo, el país, la región y la ciudad y también, poco a poco, otros jóvenes se van sumando a esos procesos de construcción. Así nomás: la juventud está despertando.


Por: José David Pacheco Martínez

Desde niño, siempre me dijeron y escuché que las cosas nunca cambiarían, que el país, la región y la ciudad siempre serían la misma. Me dijeron que soñar con un futuro mejor era perder el tiempo. Me dijeron y, por muchas cosas que vi en la televisión, escuché en la radio y leí en los periódicos, me convencí de eso: que nada cambiaría.

Esa apatía, ese desinterés por todo lo que significara romper con esos falsos paradigmas, inventados y difundidos adrede por todos lados, fue creciendo conmigo, con muchos, casi todos los de mi generación. Hoy, el mundo, el continente, el país, la región y la ciudad, empiezan a moverse al ritmo de los jóvenes.

Al unísono y sin ponerse de acuerdo, la juventud ha empezado a forjar un nuevo destino para las generaciones venideras, esas barreras de mentira, que aquí en Colombia, se crearon a partir de la muerte de Jorge Eliecer Gaitán. Podemos decir: bueno, puedo decir, porque no me gusta tomar la palabra por otros ni generalizar; que nos estamos interesando cada vez más y con más fuerza, en ocupar espacios que antes estaban ‘vedados’ para nosotros.

El decurso de la historia y las necesidades propias, han despertado la pasión antes dormida o, más bien, contenida, por eso, tal vez, muchas de las incursiones juveniles en procesos de democracia y construcción de políticas para llenar esos vacíos históricos, se presentan de forma violenta.


Sin dudas, la juventud está en un proceso de formación política y democrática, que más adelante nos permitirá por la vía de las urnas, llegar a esas instancias del poder, donde hemos estado ausentes y al que definitivamente habíamos renunciado. Poco a poco, van apareciendo líderes jóvenes con la intención de darle un vuelco definitivo a la forma de ver y pensar el mundo, el país, la región y la ciudad y también, poco a poco, otros jóvenes se van sumando a esos procesos de construcción. Así nomás: la juventud está despertando.

lunes, 11 de mayo de 2015

No es suficiente la indignación


El ciudadano, hasta ahora adormecido o desquiciado ante su incapacidad de influir en su futuro, ha despertado ante una realidad presentada como inmutable, y reclama más espacio dentro del debate público.
Este tipo de manifestaciones son cada vez más frecuentes.

Por: José David Pacheco Martínez

Los procesos de reivindicación de valores sociales; la exigencia del cumplimiento efectivo del papel garantista del Estado; el rechazo colectivo a las formas como se vienen manejando los recursos de la nación; el surgimiento de nuevos movimientos políticos y sociales encaminados hacia la ruptura total de esas estructuras corruptas enquistadas en la administración pública, que han ido históricamente en aumento de la riqueza de unos cuantos y en detrimentos de muchos; que se han originado a lo largo y ancho del planeta, siguen teniendo los mismos problemas de otros tiempo y otras generaciones: son absorbidos por los partidos políticos y Colombia, no es la excepción.

Aquí, la juventud, ha heredado la apatía que sus padres y los padres de sus padres, han cultivado a lo largo del devenir del tiempo. No ha habido desde la ruptura total con España, un gobierno digno del respeto y que goce con la aceptación total del pueblo. En este momento histórico, los niveles de abuso de los poderes del estado y todas sus instancias, llegan a ser vergonzosos y censurables desde todo punto de vista.

Hoy en día, esa indiferencia frente a los asuntos políticos y todo lo que de ello deriva, ha ido gradualmente convirtiéndose en indignación, es por eso, que quienes ostentan el poder, ejercen presión desde sus altos cargos para que aumente la represión: se discuten, derogan, amplían y se promulgan  leyes más autoritarias, incremento de las multas en un escenario de empobrecimiento económico e, incluso, dificultades para el ejercicio de derechos civiles y políticos; hechos, que terminan por resaltar en tonos oscuros un paisaje dominado por el agravamiento de las condiciones propias que generan desigualdades sociales,  de género y, en esa misma línea poco efectiva de acción, se evidencia una mayor depredación de los recursos naturales.

Así las cosas, no es para nada extraño ni alarmante el alto nivel de pesimismo en los sectores de la sociedad excluidos y utilizados vilmente por los gobernantes de turno, no obstante,  será suficiente solo una chispa que haga combustión y encienda la llama de la esperanza de cambio y un futuro mejor, aunque, estas palabras suenen un poco a utopía y romanticismo político.

El Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, adscrito a la Universidad Complutense de Madrid, en su informe Cómo hacer pública la indignación: movilización ciudadana en el siglo XXI, hace una explicación clara y pertinente sobre lo que está pasando alrededor del mundo: “Se trata de una revolución que no ha producido un cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales por el momento, pero sí un cambio radical en la manera de relacionarse, de comunicarse y de intercambiar información. El ciudadano, hasta ahora adormecido o desquiciado ante su incapacidad de influir en su futuro, ha despertado ante una realidad presentada como inmutable, y reclama más espacio dentro del debate público. Reclama autoridad y se niega a ser requerido cada 4 años para otorgar un voto a una lista cerrada, que el político toma como un cheque en blanco, o a ser considerado simplemente como parte de datos agregados sin más. Pide capacidad de influir en la vida pública como modo de sanar una democracia que se considera enferma.”


Es menester decir, que no es suficiente con indignarse. No es suficiente con darse cuenta que estamos mal y estaremos peor. No es suficiente con plantear soluciones mentales que nunca se llevan a cabo. No es suficiente con saber que se necesita un cambio si no se hace nada por él. La indignación, debe ir acompañada de un proceso político transparente, serio y bien estructurado, que logre canalizar todo ese inconformismo en votos, que a la postre generarán el cambio deseado, concebido  a partir de las necesidades insatisfechas de la sociedad. 

domingo, 30 de noviembre de 2014

La bicicleta como mecanismo de descongestión vehicular en Panamá




En países como España, Dinamarca, Polonia, Holanda y Francia,  y en algunos asiáticos como China, la bicicleta es un medio de transporte reglamentado y aceptado socialmente. Se estima que alrededor del mundo, 800 millones de bicicletas ruedan cada día, con ventajas no sólo para las personas sino para el cuidado del medio ambiente.

Por: José David Pacheco Martínez

Panamá es un país pequeño, sus avenidas principales cuentan con tres carriles en ambos sentidos, lo que permite inferir que no habrá problemas de movilidad ni mucho menos congestión vehicular, pero no, además de las dos antes mencionados, el país tiene un alto índice de accidentalidad, más cercano a la forma de conducir de quienes transitan en los vehículos que cualquier otra cosa y, si a eso le sumamos la superpoblación de automóviles, el panorama en diez años será incontrolable para la policía de tránsito y las autoridades medioambientales: primero, debido a la poca capacidad de la institución policiva para hacerle frente a los conductores que los rebasarán de 100 a uno y segundo, la contaminación que producen cientos de miles de estos automotores circulando a diario  emitiendo CO2, el país llegará por la dimensión del territorio, a tener los mismos problemas de contaminación que hoy en día posee Ciudad de México, solo por poner un ejemplo dentro del contexto territorial donde nos encontramos.

La bicicleta apareció en la escena mundial hace más de doscientos años, siendo primero un objeto de diversión utilizado principalmente por la genta acaudalada, con el tiempo y  la aparición de los automóviles como los conocemos hoy día, es decir, impulsados por combustible, pasó a ser el vehículo de transporte de los pobres, siendo menospreciado si se quiere. En este momento histórico  la bicicleta empieza a jugar un papel importante dentro de la sociedad, no solo como un deporte que genera expectativa y dinero, muestra de ello son: el Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta España, las tres competencias ciclísticas más importantes del mundo, que sin dudas y sin temor a equivocarme, están al mismo nivel televisivo que un clásico Barcelona versus Real Madrid, para hablar en términos de marketing, sino también como una forma emergente de desplazamiento gratuito.

En el mundo de hoy, tan preocupado por el medioambiente, la bicicleta empieza jugar un papel determinante en la disminución de partículas contaminantes en el aire. Panamá es casi un territorio virgen, que podría implementar este vehículo como forma de transporte, para hacer frente a muchos de los problemas que a diario se presentan en sus calles, avenidas y autopistas, todos relacionados directamente con los automóviles.

Es evidente que el país necesita un cambio drástico en los hábitos de transporte, no solo  justificado en  la saturación de la red viaria y la contaminación ambiental y acústica que son situaciones que  en el futuro se prevé puedan ser aún más graves. La solución a este tipo de  problemas, que son causados definitivamente por al imperante  necesidades de movilidad, está directamente relacionada con la desarticulación o disminución del uso del vehículo automotor privado, obviamente para que esto suceda,  deben existir las condiciones materiales y sociales  necesarias para que un alto flujo de esos potenciales nuevos dueños de carros, fijen su mirada hacia medios de transporte alternativos, lo que a la postre y directamente puede generar cambios culturales que posibiliten mejorar la conducta y humanización de quienes como bestias salvajes transitan por las vías panameñas.

Estudios recientes dan cuenta de que la bicicleta es considerada a nivel mundial como en medio de transporte que impacta directamente la salud, la economía, el medio ambiente, la organización de las ciudades, la autonomía personal, la diversión, en definitiva, es un factor que determina hasta cierto punto la calidad de vida de quien la usa. Esta percepción sin dudas, puede ser de gran ayuda y la base en la que se cimienten  las labores de promoción para  favorecer su implantación en Panamá.

Esta sensibilidad y aceptación de la sociedad en favor  de la bicicleta, crece  en paralelo al incremento de la concienciación de los habitantes del planeta por los temas medioambientales, y está ejerciendo presión a los entes gubernamentales responsables  de la movilidad y el medioambiente,  a reconocer que la bicicleta es definitivamente un medio de transporte viable y que puede solucionar muchos de los problemas que se presentan en los países y ciudades al respecto de esta temática bastante complicada y casi que imposible de regular.

A continuación algunas de las ventajas de utilizar la bicicleta:

• Ecológico. La bicicleta contribuye claramente a un medio ambiente urbano más humano, tranquilo, sano y habitable. Es silenciosa, sólo consume energía humana y no contamina. Además, el medio ambiente a nivel global también se ve beneficiado, porque dejamos de generar una gran cantidad de gases contaminantes y contribuimos, con nuestro esfuerzo y compromiso diarios, a frenar el cambio climático.

• Eficiencia energética. Para desplazarnos en bicicleta consumimos 50 veces menos energía que para hacerlo en coche. Por otro lado, con la energía que se emplea en fabricar un coche se pueden hacer de 70 a 100 bicicletas.

• Económico. Una bicicleta está al alcance de cualquiera. Incluso teniendo la posibilidad de alquiler o préstamo en muchas ocasiones su uso es aún más sencillo y barato. Los costes de adquisición y mantenimiento de un automóvil son 30-40 veces superiores a los de una bicicleta. La vida útil de una bicicleta (con un mínimo mantenimiento) es varias veces superior a la de un coche.

• Salud. Moverse en bicicleta es un ejercicio de carácter aeróbico (pausado) que recomiendan médicos y cardiólogos. Si convertimos este ejercicio en un hábito nuestra salud mejorará notablemente. La bicicleta, además, no contamina y es silenciosa, con lo cual contribuye a una mejor salud individual y colectiva al mismo tiempo.

• Autonomía. La bicicleta es una buena solución cuando las distancias resultan muy largas para hacerlas a pie. Es barata, accesible, fácil de manejar en todas las edades y muy recomendable para niños (mejora autoestima y autonomía) y mayores (independencia y salud).

• Seguridad. La bicicleta en la ciudad no es un medio de transporte peligroso en sí mismo, ya que no provoca en general grandes daños y contribuye a mejorar la seguridad vial calmando el tráfico. Está demostrado que donde crece el uso de la bicicleta se reduce el número total y la gravedad de los accidentes.

• Rapidez. En distintas comparativas entre medios de transporte realizadas en varias ciudades de nuestro país se ha comprobado que la bicicleta es, junto a la moto, la que menos tarda en desplazamientos “puerta a puerta” no superiores a 5 kilómetros, más del 50% de los desplazamientos urbanos no llegan a estos 5 km.

• Ocupación de espacio. Las bicicletas, tanto en circulación como aparcadas, ocupan un espacio muy inferior al que requieren los coches. La capacidad de una vía ciclista multiplica por 10 la de una vía para automóviles. En una plaza de aparcamiento para un coche podemos estacionar entre 7 y 10 bicicletas.

• Integración social. La bicicleta integra, porque utiliza un ritmo pausado que acerca a las personas, invita al saludo y a la conversación. El coche, al contrario, separa por su velocidad, la contaminación generada (atmosférica y acústica) y el riesgo que entraña para los viandantes y ciclistas urbanos.

• Versatilidad e intermodalidad. La bicicleta es fácilmente transportable (subir a un piso, caminar con ella por un parque) y permite la intermodalidad, es decir, combinar varios medios de transporte: autobús, tren,… Estas dos cualidades se han visto mejoradas enormemente con la aparición de las bicicletas plegables y/o fácilmente desmontables.


miércoles, 15 de octubre de 2014

Alucinaciones

Periodistas, líderes comunales, gente del común y hasta antiguos empleados, hacen parte de una lista negra, tan negra como mi conciencia, todos ellos correrán la suerte de quienes en el pasado me contradijeron. Ya lo dijo Maquiavelo: al enemigo hay que darle tan fuerte como se pueda para que no reaccione.

Por: José David Pacheco Martínez


Amigo, quisiera contarte hasta donde me ha llevado el consumo de esas sustancias prohibidas, las que sacan de quicio a ese señor inquisidor con potestad para destituir a funcionarios públicos y matarlos políticamente. Sigo abusando de ellas; como abuso de todo el mundo, más adelante lo explicaré con detalles; y en este momento los efectos secundarios empiezan a aparecer, ya no controlo mis ideas, mis sueños parecen cada vez más y más una nebulosa que me enloquece. A continuación te explico la visión que me agobia con frecuencia, esperando puedas entender y no mal interpretes ni creas lo que de mí dicen en todos lados:

Un día bajo el influjo malevo de una de esas tantas sustancias psicotrópicas que abundan en este país que me acabo de inventar, me imaginé siendo alcalde de una ciudad santa que, en los inicios, fue atacada por corsarios y piratas ingleses que más de una vez la destruyeron por completo, la saquearon infinitamente, dejándola como la han dejado hoy en día quienes me han precedido en este cargo que hoy ostento y por el que seguramente pasaré con más pena que gloria, como pasan todos, tú sabes lo difícil que es ser honesto en este país, incluso en el imaginario.

Me elegí vendiendo un discurso coherente y bien estructurado que antes, mucho tiempo antes de que me acusaran de asesinar a los estudiantes que me hicieron frente en una  universidad también inventada a la que dirigí y, a la que desfalqué haciendo fiestas con cantantes vallenatos y organizando reinados donde siempre sacaba provecho de mi posición dominante, me hicieron acreedor a una imagen aceptable, tanto como para que 70 mil personas votaran por mí. Hoy lo sigo haciendo: abusando, y a un nivel mayor, pues soy la máxima autoridad de este pueblo inocente, sin capacidad de reacción e  históricamente usado y movido a la conveniencia mía o de cualquiera que lo necesite.

En este momento que mi mandato termina, la gente, la misma que me eligió, se ha dado cuento que soy un infinito fraude. Las noticias de mis constantes abusos y agresiones contra el equipo que me acompaña han sobrepasado los muros del viejo recinto donde despacho. No obstante a las pruebas irrefutables de que no soy nada de lo que me creyeron, tengo un gran número de defensores, los cuales darían la vida por mí, cosa que me agrada sobremanera y por la cual pago, 17 .274.217.570.25 es la cifra que gasto y, más les vale que lo hagan, porque cuando me dan ataques de ira soy capaz hasta de matar. Y de eso hay muchas pruebas, aunque la justicia nunca haya probado la veracidad de las mismas y tal vez ya no lo pruebe.

Los engañé vilmente, esa población tiene altos índices de analfabetismo y los exámenes estatales con las que se miden a los alumnos de primaria y bachillerato lo demuestran, esta ciudad y el departamento entero, son los peores del país y eso me facilita las cosas. Ellos se quedaron con lo que hice antes y no les importa lo que hago hoy, a fin de cuentas qué, la ignorancia los mata,  si no los engañaba yo, los engañaría cualquier otro y seguramente otros los seguirán engañando, las cosas hay que decirlas.

A unos locos se les ocurrió que debía abandonar mi cargo, se pusieron manos a la obra con un proceso revocatorio que no llegó a feliz término. Todo el mundo sabe que del gobierno central me ofrecieron inmunidad, tengo de mi lado a uno de los hijos de prócer y a la familia de un expresidente tan malo como yo.

Aquí sigo, aquí seguiré así no haya hecho nada. No esperen más de mí, es más, no esperen nada de mí. Ni estadio ni villa olímpica ni Juegos Bolivarianos ni nada. Lo que sí pueden esperar es una próxima campaña a un cargo de elección popular de más envergadura, tal vez  mi discurso poco creíble no cale igual, pero mi fiel escudero y yo hemos saqueado del erario lo suficiente como para comprar la conciencia de los electores y si me hacen pistola, compro al  Registrador de turno y problema resuelto.

Qué pretenden quienes me atacan, esa es una pregunta que me hago con frecuencia, pero no hallo respuesta, al parecer no han entendido que yo soy quien tengo la sartén por el mango. Periodistas, líderes comunales, gente del común y hasta antiguos empleados, hacen parte de una lista negra, tan negra como mi conciencia, todos ellos correrán la suerte de quienes en el pasado me contradijeron. Ya lo dijo Maquiavelo: al enemigo hay que darle tan fuerte como se pueda para que no reaccione.


La ración se está acabando y empiezo a despertar de mi letargo. Las imágenes de aquella ciudad que imaginé empiezan a ponerse de un negro carbón. El mar azul profundo de la hermosa bahía cede lentamente y se hace cada vez menos utilizable para fines recreativos. Estoy teniendo en este preciso momento un episodio psicótico, una mujer, no sé cuál ni quién, es el blanco al cual apunto y le disparo lo primero que encuentro, una grapadora, con la potencia de un beisbolista de Grandes Ligas. Amigo, espero no haberte aburrido, por tu seguridad y ese lazo invisible pero fuerte que nos une, te aconsejo que sigas lejos de mí, no vaya ser que termines siendo víctima de este temperamento fuerte producto de la droga.

lunes, 13 de octubre de 2014

¿Quién puede cuestionarme?

Aquí ya nos acostumbramos a tantas y tantas cosas, que lo que llegue a pasar con este no tendría nada de raro. Solo espera uno que el desfalco al erario no sea tan grande y la ciudad o, este grupo 500 mil individuos sin Dios, ley ni sentido de unidad, se hunda en una crisis fiscal profunda que frene su desarrollo.

Por: José David Pacheco Martínez


Por qué tendrían que interesarme a mí las fórmulas a través de las cuales se pueden medir los indicadores de gestión y ejecución de un servidor público, si hay otra, mucha más gente sin la más remota idea de la existencia de tales fórmulas ni interés por aprenderlas. Estas son situaciones que les competen a los organismos de control estatal, que obran bien o mal según su conveniencia en algunos casos, se aleja de mi capacidad de decisión y acción, definitivamente, yo estoy fuera de todo este proceso de control y vigilancia.

Quién sabe cuántas metas de las expuestas en su Plan de Gobierno ha cumplido este alcalde y cumplió el anterior, eso también es algo que se sale de mi resorte. No me he tomado el trabajo de ver cuál es el concepto de ciudad que plasmó el mandatario en ese documento, menos me tomaré el de mirar sus reportes de ejecución e ir comparando con lo propuesto al inicio del periodo. Aquí a nadie le interesa eso, a fin de cuentas, no recibo beneficio alguno de la administración, tampoco voté por ellos, así que eso en nada me afecta. Eso no es conmigo.

La forma como un alcalde, gobernador o cualquiera que ocupe un cargo de elección popular proceda, es absolutamente asunto suyo. Aquí ya nos acostumbramos a tantas y tantas cosas, que lo que llegue a pasar con este no tendría nada de raro. Solo espera uno que el desfalco al erario no sea tan grande y la ciudad o, este grupo 500 mil individuos sin Dios, ley ni sentido de unidad, se hunda en una crisis fiscal profunda que frene su desarrollo.

Santa Marta está creciendo. Poco a poco florece, se levanta lentamente del letargo en el que ha estado sumida estos casi 500 años: donde uno mete el ojo, hay una construcción. Este proceso de expansión y urbanización es una prueba irrefutable de que vamos por buen camino. El capital privado hace lo que no hace el Estado. Qué importa si este mandatario local es bueno o malo.

Tampoco importa que ese crecimiento desenfrenado gracias al poco control que el distrito tiene frente a los proyectos urbanísticos, que además de no estar dentro en un Plan de Ordenamiento Territorial, viola temas de espacio público, irrespeta  las zonas de amortización de playas y está ilegalmente por encima de un status quos que impide construcciones en cerros tutelares y demás zonas de reserva natural. Ese crecimiento desenfrenado y sin control impacta negativamente el suministro del agua y es responsable directo del colapso del alcantarillado. Esos problemas están a años luz de afectarme y no me importan mientras se mantengan así de distantes.


Pensar un ciudad mejor, es un ejercicio del cual ya he renunciado. La situación no está tan mal y podría ser peor, cambiar el rumbo de una ciudad es una tarea difícil que le dejo a otros. Tengo suficiente con mis problemas, al fin de cuentas por qué tendría que dar explicaciones,  quién podría cuestionarme por mi actitud, si el samario es así: apático a los procesos sociales, indiferente las movilizaciones políticas y de cualquier otra índole. El samario es la personificación misma de la despreocupación y el desinterés.

viernes, 25 de julio de 2014

Mirta Portillo, la decana de la narración oral

Recordando una de mis mejores entrevistas como periodista cultural de El Tiempo y Barranquillabierta.com


Mirta Portillo en uno de sus shows. Foto recuperada de: http://mirtaportillo.blogspot.com/2011_10_01_archive.html

Esta artista cubana se ha dado a la tarea de rescatar esa tradición que en todo el mundo tiende a desaparecer, pero que es su país sigue intacta.

José David Pacheco Martínez

El nombre de Mirta Portillo, es para muchas personas aquí en Colombia casi desconocido y para otros tantos, tal vez no les sugiere ni significa nada. Ella es cubana y tal vez una de las pocas personas que a nivel mundial, puede decir con orgullo que es una narradora oral, asumiendo la responsabilidad y el compromiso histórico, social y cultural que esto significa.

En su natal La Habana, ha cosechado gran cantidad de premios y reconocimientos, debido a la labor que en el rescate y digamos más bien, fortalecimiento de una tradición que en la isla se mantiene y se engrandece con el pasar de los años. Allá, esta actividad se realiza profesionalmente, es decir, hay academias que se dedican a enseñar técnicas y estilos a la hora de narrar.

Entre las distinciones obtenidas por Portillo, se destacan: Premio Municipal de cultura comunitaria; Premio especial a nivel provincial por los aportes a la cultura comunitaria; Gitana Tropical que entrega la dirección provincial de cultura y Premio “Cuentería” por el trabajo en el “Parquecito de los Cuentos”, entre otros. Toda una vida dedicada a lo que sabe hacer: contar historias, la faculta para hablar del tema, aunque como ella misma dice: “no tenga nunca la verdad absoluta”

Escucharla hablar es mucho más interesante que leer su extensa hoja de vida. Y, si hay algo más constructivo y que hable con toda certeza de lo que es Mirta Portillo como profesional, es verla en el escenario. Una combinación de gestos, movimientos, palabras e interacción con el público, hacen de sus presentaciones un verdadero espectáculo. En sus narraciones, se puede sentir esa fascinación del pueblo cubano por lo místico, lo mágico y esotérico.

Quisiera empezar primero por una descripción del estado actual de la cuentería en Cuba.

Puedo hablarte de la cuentería a nivel artístico, porque hablar de cuentería en términos generales, es remitirme a la historia, porque esto existe desde que existe la palabra. En Cuba, unos de los primeros países en el mundo donde esta actividad de tipo cotidiano subió a los escenarios y se vistió de gala, que empezó a verse de otra manera, tiene una buena salud. Hay una gran cantidad de narradores, muchos de ellos jóvenes, porque creemos justamente que si un movimiento no tiene jóvenes que lo sigan impulsando, muere. 

¿Qué impresión se lleva de Colombia en este tema?

Bueno, hay una academia  que cuenta con 160 adolescentes y jóvenes, ese hecho es una esperanza para que este arte siga adelante. Hace falta mucho claro está, pero se está dando un paso adelante en la preservación y digamos aquí, en la recuperación de esta actividad. Lo más importante es que quienes asisten a los cursos son jóvenes.

Usted ha dicho en muchos lugares que a pesar de tener una formación académica estricta, su primera venida a Colombia cambió muchas de esas cosas aprendidas…

Yo creo que Colombia es un referente muy importante y que hay que tener muy en cuenta. Mi historia como narradora oral se partió en dos: antes y después de mí venida a este país. En el 2007 vine por primera vez y traía una idea, digamos traía ya una estructura de lo que sería mi presentación, nunca me gusta decir  un libreto, porque eso se utiliza en el teatro y por suerte, no me tocó inaugurar el evento, y pude ver que aquí la cuentería se hace más natural, más libre, aquí el cuentero es él mismo en el escenario. En Cuba es diferente, la academia establece ciertas normas y se hace de forma más rígida, están establecidos ciertos gestos, movimientos, ademanes y patrones de comportamiento en el escenario, es decir, el narrador asume un papel. En el hotel deseché todo eso que traía y recompuse mi show, porque pensé que así como lo hacen aquí, funciona más.

¿Cómo ha sido ese salir del molde cubano y asumir el estilo colombiano?

Bueno, el estilo colombiano es como a mí me gusta narrar. Yo tenía una idea de cómo se debía narrar una historia, pero no me atrevía a hacerlo, porque la academia de donde yo vengo, tiene un estilo, de hecho, allá en Cuba todas tienen su propio estilo. Ahora soy más natural, soy yo en el escenario, soy yo misma, no asumo ningún papel y hago mi interpretación libre, eso es muy importante para crear empatía con el público, que es lo más importante en un espectáculo de narración.

¿Ha tratado de acuñar esa naturalidad colombiana al estilo académico cubano?

Sí, definitivamente. A mi regreso a Cuba le dije a los muchachos, a la gente de mi academia que aquí estábamos por el camino herrado. Yo personalmente trato y lo hago siempre como es aquí en Colombia, porque funciona más, es más divertido, más conversacional y se puede tener una idea de lo que el público está pensando de la historia y si se siente bien con el narrador.

¿Qué papel juega el público?

El público es el que lo lleva a uno a un lado o al otro. Por eso es muy difícil narrar cuando no hay público, igual cuando el escenario está oscuro, cuando el público no ve al narrador ni el narrador ve el público. La gente es un referente, en este ejercicio de la cuentería, se necesita retroalimentación y eso se logra solo con la mirada.

¿Podemos considerar por su formación al cuentero cubano como un actor?

El cuentero no es un actor, hay una diferencia notable entre la una y la otra: el cuentero nunca deja de ser él. Entonces sacar al cuentero de sí mismo, es un poco violento. Aunque, como uno es disciplinado cumple con esas normas establecidas en la academia. Repito una vez más, la forma como lo hacen aquí en Colombia le llega más al público y eso es lo importante, que usted cautive a quienes lo ven y lo escuchan con su palabra, con sus gestos, con su presencia, sin una escenografía, sin un vestuario específico, como si lo hay en el teatro.

¿Cómo hace un cuentero para deslindarse de esa rigidez de la academia a la hora de narrar?

Eso es muy difícil, pero, para los narradores que no vienen del teatro, asumir la narración de forma natural es más fácil. Allá en Cuba, tenemos muchos jóvenes que primero se inician en el teatro y luego llegan a la narración oral, para ellos es muy difícil, porque son personas que han estudiado actuación durante cinco años, son actores profesionales, entonces él está acostumbrado a entrar en la piel de un personaje, no es él quien está allí, por eso una actriz se desnuda en escena y cuando le preguntas par qué lo hace, responde sencillamente que esa no es ella, que es otra persona la que se desnuda. El narrador oral no, él tiene que asumir y contar la historia desde adentro de su ser, tiene que ser él mismo.

Ahora, que no haya vestuario ni un escenario montado para la narración oral como si lo hay en el teatro ¿es una ventaja o desventaja?

En todo hay ventajas y desventajas. Pero , eso es precisamente una gran diferencia con el teatro: el actor está en su escenario, oscuro o iluminado, él está en lo suyo y el público en lo de él. Pero, el narrador oral no tiene  nada más que su palabra para captar la atención de la gente, fíjate que hemos asumido una teoría: no narramos para el público, sino con el público. El actor sigue hasta el final con su acto, sin importar si al final el teatro está vacío, el narrador en cambio, no puede permitir eso, cuando una persona se va y luego tres, el que está narrando debe entender que su historia no está funcionando y cambiar, evitar la ida del público y para eso, debe estar atento a lo que está pasando.

¿Cuál es la clave para ser un buen cuentero?

Bueno yo diría que lo principal, es aprenderse la cadena de sucesos de la historia, tener la historia que se va a contar suficientemente clara, apropiarse de ella, hacer que quien escucha piense que yo estuve allí, que yo presencié los hechos, eso con el fin de evitar que quienes me escuchan, puedan decir que lo que yo estoy diciendo es mentira. Ahora, lo más importante de un cuento, es el inicio, porque es el que atrapa y el final, porque será el que puede arreglar la historia si se perdió en el trámite de los hechos. Eso hará que quienes me escuchan sientan que lo que estoy contando no es algo preparado, esa es la clave, que todo se vea, se escuche y se sienta natural.

Y para quienes narran historias con música, magia u otras cosas…

Esto es importante, porque uno puede contar historias sin decir una sola palabra, utilizando otros medios, los movimientos, malabares, instrumentos, la idea es aprovechar al máximo las herramientas que tenga a la mano. Ahora, sabemos que no son cantantes, pero lo mínimo que uno esperaría es que no desafine, si es mago, esperaría que sus trucos no se vean falsos, que si es malabarista, que no se caiga ni que fracasen sus actos. El consejo para ellos, es que lo que hagan debe ser excelente, sin errores.


Para conocer más de esta artista, visite su blogg: http://mirtaportillo.blogspot.com/2011_10_01_archive.html