Cultivo de Coca en la cuenca del río Don Diego. Raúl Martínez |
Por: José David Pacheco Martínez
Raúl Martínez Ceballos habla con la seguridad y
propiedad que dan 30 años ininterrumpidos de trabajo social en la Sierra Nevada
de Santa Marta. Estar frente a él en una conversación, es suficiente para darse
cuenta qué tan compenetrado está y cuánto ha aprendido de nuestros ‘Hermanos
Mayores’.
Es
antropólogo de profesión, fotógrafo por afición y escritor por convicción.
Estudió en la Universidad Nacional de Colombia por allá en los convulsionados y
difíciles años sesenta. Según dice, fue compañero de aula del tristemente
célebre ‘Alfonso Cano’, perteneció a las juventudes socialistas, porque en
aquel entonces, ser de izquierda era casi que una obligación, pero, hoy en día
vota con el Partido Liberal, porque cree que son los más sensatos políticamente
hablando en el país.
A la
Sierra llegó gracias al Bienestar Familiar, a mediados de los 70s implementando
programas de nutrición y educación para los niños. Tuvo que enfrentarse a tres
problemas: uno, la guerrilla; dos, los paramilitares y tres, lo cerrados y
difíciles que son los indígenas. “Aun
hay en ellos cierto resentimiento, para ellos todo lo que no sea indígena, es
español y esas heridas aun no se sanan”, explica.
Desde
que tomó la primera fotografía, no ha parado de hacerlo. Ha ganado numerosos
premios relacionados con el tema. Todo ese material se convirtió en una
magnífica exposición que fue todo un éxito en Santa Marta. Raúl Martínez Ceballos suspendió la edición de
un libro que recopila los personajes que han marcado para bien o para mal el
departamento del magdalena, para hablar del tema que
más conoce: la Sierra Nevada de Santa Marta.
¿Cuál es el estado actual de la
Sierra en materia de flora y fauna?
Raúl Martínez: La sierra tiene dos caras, la vertiente
norte, que se recupera rápidamente debido a la evaporación del agua y a la
humedad que allí se produce. Lo que va de la serranía de San Lorenzo hasta más
allá de Mingueo digamos que esa cara, está en regular estado. La otra cara, es
la cara sur rocosa y que está totalmente erosionada, erosión que data de la
época de los Capuchinos, de la época en que se introdujo al país la ganadería
de reses y ovejas. También están las zonas de mayor altura, donde el agua que
cae baja, donde el agua no se sostiene, esos terrenos rocosos a más de 3000
metros de altura, donde la pendiente es tan pronunciada, que lo único que nace
es maleza. Además de eso, otro enemigo peligroso de la Sierra es el
narcotráfico, ya que, se talan y se queman bosques de manera indiscriminada para
sembrar marihuana y coca. Se pregunta uno a veces dónde está el control
estatal, si a 20 minutos en mulo de Guachaca se encuentra uno con parcelas
sembradas de coca. La fundación ProSierra tiene un inventario interesante y
completo de especies nativas, que valdría la pena revisar más adelante y hacer
un estudio comparativo y ver qué tanto daño se le ha hecho.
¿Qué tanto impacto han tenido los cultivos
ilícitos y la ocupación insurgente en el medio ambiente y la sociedad misma?
R.M: Bueno, los indígenas han sufrido mucho con eso,
porque a medida que avanzan los cultivos, ellos han tenido que desplazarse a
las zonas más altas y menos fértiles de la Sierra. La criminalidad, la ley de
la bala, la guerra de los bandos, sigue teniendo gran impacto en la sociedad.
Hace un tiempo estuve acompañando a mi hija Antropóloga Forense, en la
recuperación de más de 600 cuerpos, de estos, solo el 40 % fueron
identificados, aun hay gente que no sabe nada de sus familiares. Ahora, piense
en todas esas fosas que no se han encontrado, todos esos que están quién sabe
dónde y que posiblemente, nunca los encuentren. Súmele a eso otro problema, un
problema nuevo del que nadie habla: el oro. Se está explotando oro en Mingueo,
se está utilizando mercurio, se está contaminando el agua y se está dando una
guerra por el control de las minas de oro. Nadie nunca ha hablado de eso y es
preocupante, teniendo en cuenta los daños colaterales que esto puede tener
tanto en la sociedad, como en la salud.
La Sierra Nevada es uno de los lugares favoritos del
Presidente Santos, se le ha visto mucho por allá pero ¿cómo están los pueblos
respecto a salud, educación y saneamiento básico?
R.M: Yo pienso que la llegada de los Presidentes a la
Sierra, son hechos aislados encaminados más que todo a la publicidad. Es esa
idea de hacer creer internacionalmente que hay una concomitancia entre Estado y
tribus indígenas. No se ve un aumento en el dinero destinado a la inversión
para temas de vital importancia. A los maestros de etnografía, que no son
indígenas, demoran tres, cuatro hasta seis meses sin pagarles, otros, trabajan
sin que los hayan nombrado. Pero, si no nombran ni les pagan a tiempo a los de
la ciudad ¿cómo lo van a hacer con los que están allá arriba? En los puestos de
salud, no se ve inversión ni mejoría, ni siquiera hay, que debiera haber, un
mulo, un burro o un caballo que haga las veces de ambulancia. Mira esto, el 75
% de la sociedad Kogui sufre de tuberculosis, esa cifra es más baja en otras
tribus, pero de todos modos es preocupante. La mortalidad infantil es altísima.
Entonces ¿qué gracia tiene que se posesionen simbólicamente allá, si no se verá
nunca una mejoría?, eso no deja de ser más que un esnobismo.
¿Qué opina de las contradicciones del estado, que
un día dice que los recursos naturales son intocables y al día siguiente da una
licencia ambiental para un puerto o una mina y viceversa?
R.M: Yo pienso que el Estado colombiano, no tiene
políticas verdaderas y a futuro. Si se
mira por ejemplo en Europa, si un Presidente crea una política de protección de
una zona, un río una playa o lo que sea, todo el que llega al cargo, sigue
adelante con eso, aquí no, aquí las políticas varían de acuerdo con el personaje
de turno. Ahora, el tema de la Sierra es
preocupante, a pesar que hay tres departamentos en sus faldas, ninguno presiona
ni tiene injerencia para su conservación. Los departamento de La Guajira, Cesar
y Magdalena, no tienen una posición clara respecto al tema. Para mí, sin decir
que quien da las licencias tiene algo que ver con el beneficiado con la misma,
maneja este asunto de forma persona. Creo que el Estado está atrapado en un
conflicto de intereses y tiene que definirse por la minería y los recursos que
esta produce o la conservación del medio ambiente y los efectos que este
también produce.
El caso Six Senses y el tema de la consulta
previa, dejó ver cierta división en las tribus de la Sierra, dio la impresión
de que no están unidos ni mirando para el mismo lado ¿cómo analiza usted este
mensaje y si lo ve de la misma manera?
R.M: A mí personalmente, me extrañó la forma pomposa
en que salieron a mostrar un comunicado donde daban a conocer los acuerdos a
los que habían llegado después de la consulta, creo y estoy plenamente
convencido que los Mamos fueron asaltados en su buena fe. Ahora, lo de la
división es claro y tienes razón cuando hablas de ello, dentro de los
dirigentes y gente importante de las tribus, hay gente nueva, con otra visión
del mundo, gente que quiere hacer cosas diferentes, gente que ha entendido el
valor del dinero, gente que ha puesto eso por encima de todo y hay también
radicalistas, gente que no aceptará nunca el tipo de cosas que quieren hacer.
Pero, yendo más allá me pregunto ¿cómo es posible que se deje entrar a cientos
de miles de personas, que dejan basuras en la playa y el mar, hacen sus
necesidades fisiológicas en la playa, se llevan lo que quieren en fin, y no se
le permite a alguien hacer un proyecto planificado y a gran escala?, no quiero
decir con esto, que esté de acuerdo con que se concesione, solo que no entiendo
los criterios estatales para este tipo de cosas.
El tema de la tierra, ha sido históricamente el
principal problema de las tribus indígenas, no solo en Colombia, en América
Latina, esa ha sido la constante. El año pasado, se vivió una situación tensa
en el Cauca ¿qué tan lejos o tan cerca estamos de ver algo similar en la Sierra
Nevada?
R:M: Si en la Sierra encuentran coltán, petróleo,
niquel, uranio o plata, el Estado sacará de allí a los indígenas. Par esto, se
puede valer de las consultas, que son más bien protocolo, porque al final es el
gobierno el que toma la decisión final respecto a lo que se consulta. Puede
valerse también de la ocupación militar y la violencia. Si se halla una gran
mina como dije, se pueden ir olvidando los indígenas de sus caseríos y resguardos,
porque en el mejor de los casos, habrá mimas y puertos en los resguardos. Para
este caso, el Estado no asumirá una posición defensora de las tribus. Ahora,
estoy seguro que no habrá violencia, ellos pagaron caro la rebeldía de otros
tiempos, ya no quieren más mártires, ahora están en un plan pacífico. Creo que
la violencia por parte de ellos, es la última o tal vez una opción que no
existe.
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